CHILE VISTO DE FUERA
A seguir, artículo traducido de la BBC News Brasil, con algunas adaptaciones y comentarios entre paréntesis, referente a la opinión que se tiene de Chile y su nueva Constitución.
La elección para integrantes que harán una nueva Constitución para Chile a través de una Asamblea Nacional Constituyente enterrará la actual Carta Magna confeccionada bajo la dictadura de Pinochet, buena para algunos y mala para otros. Las reglas para escoger los constituyentes ja son consideradas como de vanguardia y modernismo. Las urnas dieron mayoría a los independientes, que no son necesariamente todos de izquierda. La gran derrotada fue la derecha, que no tendrá los votos necesarios para oponerse a los postulados contrarios a su ideología. Otra también derrotada fue la Democracia Cristiana y, en general, todos los partidos políticos, tanto de centro como de la izquierda extremista.
Los chilenos eligieron 155 integrantes que elaborarán la constitución que debe substituir la de 1980, que fue instaurada por Pinochet y que, a pesar de las reformas implementadas por la Democracia, genera rechazo de varios sectores de la sociedad, principalmente de los jóvenes (uno de los rechazos es el hecho que las FFAA no sean independientes y si administradas por el Presidente, que puede ser un comunista o pro-comunista).
La nueva Carta Magna deberá ser redactada en el plazo máximo de un año y deberá ser aprobada en un plebiscito. De lo contrario, se llamará a una nueva asamblea para una nueva redacción.
Chile es un país con 19 millones de habitantes. Tiene los mayores índices de endeudamiento familiar por causa de la educación privada (lo que una vergüenza mundial). Tiene una de las mayores rentas per cápita de América Latina (en verdad casi toda concentrada en las manos de un centenar de familias ricas). Tiene acuerdos de libre comercio con varios países y regiones del mundo, sin embargo, la cesantía y la pobreza son enormes. La desigualdad social, que en otros países no es problema, aquí debido a la pobreza extrema, es humillante y provocante de rabia y revuelta (incentivo y refuerzo para los Marxistas).
Según datos oficiales, menos de 50% de los chilenos votaron, lo que para algunos, invalidaría los resultados y la propia elección.
El próximo Presidente deberá asumir en marzo de 2022, cuando la actual Constitución, todavía, está valiendo y la nueva dependerá del plebiscito.