EL REPUDIO
La mayoría de las veces entendemos el “repudio” como el “rechazo”, aunque las dos expresiones tienen un grado de diferencia pequeño, pero notable. El repudio es más enfático que el rechazo. Muchas acciones de los poderes de Estado y de Gobierno de una nación son “repudiados”, otros “rechazados” y otros apenas no compartidos por la población. ¿Qué sucede cuando un Presidente o un Parlamento elabora una medida que la mayoría de los ciudadanos se opone? Respuesta: en la mayoría de las Democracias, nada. En las dictaduras nunca pasa nada y el pueblo tiene que aceptar de cabeza baja. Por lo menos en las Democracias se puede protestar, que cuando pacíficamente, no se va a prisión, pero en las dictaduras no es así (ejemplo: Cuba).
Como Chile está haciendo una propuesta de una nueva Constitución, es la oportunidad de establecer los derechos que tenemos los ciudadanos de cambiar las autoridades ejecutivas y parlamentarias cuando a nuestro juicio no estén haciendo un buen trabajo, mismo que, aunque hayan sido por nosotros elegidas democráticamente. De esta forma, reduciríamos los desvíos de conducta, las demagogias oportunistas de campaña, las promesas incumplidas, etc. Eso es posible estableciendo un sistema que no sea exclusivamente presidencialista ni exclusivamente parlamentarista. O sea, que sea un sistema mixto. Por ejemplo, el Parlamento (ya sea unicameral o bicameral) establezca por una mayoría (a ser determinada) que tanto el Presidente cuando el mismo Parlamento deberán ser cambiados mediante elecciones. Este mismo poder (de llamar a nuevas elecciones) puede ser dado al Presidente de la República por una única vez, igual que al Parlamento. Los candidatos pueden se presentar nuevamente o no. La ley debe establecer esto. De esta forma se podrían resolver los desentendimientos insolubles entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. No es necesario envolver los otros poderes de la República: Poder Judicial, Poder Contralor y Poder Defensivo (FFAA).
Otra alternativa paralela es la que el Presidente o la mayoría del Parlamento tengan la autoridad de llamar a un Plebiscito consultando si deberían haber nuevas elecciones para Presidente y Parlamento, o no. Los ciudadanos decidirían soberanamente.
Esta es una propuesta para discutir en la Convención Constituyente. ¿Qué opina Ud.?