LA DERROTA DEL MARXISMO
Derrotar el marxismo es desde muchos años una preocupación de mucha gente que los detesta o que simplemente encuentra que el marxismo es una filosofía errada para resolver los problemas más graves de una sociedad. Algunos, infantilmente dicen que se debe prohibir el marxismo por decreto. Es como cuando los romanos politeístas que gobernaban Roma prohibían a los cristianos de practicar su religión y los echaban a los leones para ser despedazados – familias completas con sus hijos pequeños – en el anfiteatro de la ciudad. El cristianismo se solidificó y se quedó más fuerte que antes.
El marxismo se puede derrotar de dos formas: por la fuerza bruta o por la inteligencia. Por la fuerza bruta ya lo intentaron Hitler, Mussolini, Franco, Pinochet, etc., que se puede hacer por un tempo limitado y sin perspectiva ninguna de algo permanente o duradero. Muy por el contrario, todos los errores cometidos por esas dictaduras fueron canalizados a favor de los marxistas y, cuando terminó el ciclo de fuerza, se vieron con un marxismo-comunismo más robusto y más fuerte que antes. Es el caso más reciente de Pinochet en Chile. La Derecha usa el método mixto de fuerza (apoyan a dictadores anticomunistas cuando es el caso) y disputan con ellos (los comunistas) mano a mano las preferencias de los electores y ciudadanos de una Democracia.
Para disputar con los comunistas hay dos formas de hacerlo con energía: combatiendo las cosas malas que hacen y prometen hacer y la otra forma es ofrecer alternativas a las cosas que los comunistas se proponen hacer, mostrando sus diferencias y sus consecuencias. Decir que el comunismo traerá “hambre” a los ciudadanos, a pesar que todos lo saben, no es suficiente para derrotar el flagelo de esa doctrina.
La forma más inteligente de derrotar al marxismo y reducirlo a su mínima expresión (expresión insignificante) es oponerle una otra doctrina más “humanista” que la propia filosofía marxista. Divulgar esa doctrina en las camadas más vulnerables. Esta filosofía que podía haber transformado la Rusia en una potencia Democrática republicana socialmente más justa es la “Filosofía Socialista Democrática”, que era representada por los Socialistas Revolucionarios de Rusia y aliados de los bolcheviques, haciendo la Revolución anti-Zarista.
El primer encuentro de frente contra los bolcheviques de Lenin (y el último) fue cuando descubrieron la traición de Lenin de cancelar la Asamblea Constituyente que le daría a Rusia una Constitución Democrática y republicana que ya tenía todos los miembros elegidos. Cuando Lenin descubrió que sus partidarios estaban en minoría, decidió cancelar la Asamblea. Sus aliados, los Socialistas Democráticos, se sublevaron, tomaron la fortaleza de Kronstad en el mar Báltico con el apoyo de los marineros democráticos y exigieron la renuncia de Lenin y la realización de la Asamblea Constituyente. Lenin envió dos batallones de soldados más miles de voluntarios comunistas y exterminaron a los revoltosos democráticos. Miles de ellos huyeron a los países del Báltico vía Finlandia, que ya no era más rusa. Nunca más se escuchó hablar de los Socialistas Democráticos en Rusia. Dicen que miles y miles de ellos murieron en los campos de concentración comunistas.
La Filosofía Socialista Democrática que consta de 8 puntos duplos básicos (total 16 ítems) enfrenta ideológicamente los 10 puntos totalitarios del Manifiesto Comunista con absoluta clareza y ofrece la alternativa democrática al totalitarismo marxista para resolver los problemas de la sociedad. El Socialismo Democrático no marxista (en verdad es antimarxista) es una doctrina universal y abarca todas las capas de la sociedad, desde los Trabajadores más humildes hasta los más intelectualizados y poderosos, con propuestas pacíficas, sin recurrir a la violencia como sugiere el marxismo. Esa doctrina coligada a la Social Democracia Báltica ya ha mostrado reconocidamente sus excelentes frutos.
Combatir al marxismo solo defendiendo sus intereses particulares y materiales como lo hace la derecha es muy poco efectivo y poco duradero. En la Revolución Rusa los combatientes soldados del General Cornilov que luchaban contra los comunistas y eran prisioneros del gobierno de Lenin, después de una charla expositora de media hora de la Filosofía Socialista Marxista, se pasaban (más de 70%) para el lado de los comunistas. La explicación: no sabían por qué luchaban contra los comunistas, apenas cumplían órdenes. No tenían ideología alguna. Luchar teniendo una fuerte ideología contraria nos hace mejores y más coherentes.
¿Qué opina de este relato verdadero? ¿Podemos sacar alguna conclusión y ponerla en la nueva Constitución chilena? ¡Opine, pues es su derecho!
https://socialismodemocratico.info (Lo mejor del Socialismo y de la Democracia). El Socialismo Democrático no es un partido político: es una filosofía de vida.
INSTITUTO FILOSÓFICO DEMOKRATIS.