LA LEY DEL EMBUDO
Esta famosa ley se aplica para denominar una acción con ventajas para un lado y problemas o desventajas para el otro. Por ejemplo, podemos aplicarla en esta pandemia para la situación de los grandes y la situación de los pequeños. Con la orden sanitaria de cerrar todo y mantener una especie de toque de queda, excepto para supermercados, se perjudica los pequeños comerciantes que tienen que cerrar sus puertas, mientras que los grandes supermercados las abren para vender el doble de lo que vendían antes, ya que no tienen la competición de los pequeños, que están cerrados por orden de la autoridad. Aquí se aplica perfectamente la “ley del embudo”. Buenos negocios para los grandes y malos negocios para los pequeños.
Muchos ciudadanos, incentivados por los marxistas, sienten mucha rabia por esta injusticia, pero esta rabia, que con justicia debía ser contra las autoridades que determinaron esta medida, es dirigida contra los grandes beneficiados por ella. A rigor, esto es injusto, pues ninguno de los grandes ha interferido en esta orden, por mucho que les haya gustado y beneficiado. Pero, para los marxistas, eso no importa, pues estarán practicando su evangelio: “ODIA AL QUE TIENE MÁS QUE TU”. Y poco les importa mejorar la situación de los necesitados, pues lo más importante es destruir los grandes, por más inocentes que sean. Robarles sus empresas (expropiación forzada sin indemnización) para ellos quedarse con ellas. El verdadero culpable es el gobierno, pues no ha implementado un plano nacional para enfrentar la “crisis pandémica”, principalmente por la falta de dinero de los Trabajadores (principalmente los autónomos) y de los empresarios (principalmente los pequeños).
Listamos algunas medidas que se podrían decretar y que difícilmente el gobierno insensible las tomará: exentar de impuestos a los productos básicos y energías; reducir los arriendos en 50%; emprestar dinero a quien precisar sin interés alguno y largo tiempo para devolverlo; reducir los beneficios y salarios de los políticos que reciben del Estado en 50%, inclusive los parlamentarios y militares de alta renta, cobrar 50% del lucro (utilidades) de todas la empresas. Cobrar hasta 50% de los altos salarios como Impuesto sobre la renta; aumentar todos las patentes al doble; de los vehículos a bencina y diésel; reducir los impuestos a cero para autos eléctricos; subvencionar lo máximo que se pueda a la movilización pública; aumentar el seguro cesantía hasta el valor máximo posible; aplicar el Impuesto de Renta a las altas jubilaciones; considerar como “cesante” a todo ciudadano autónomo que no pueda trabajar por el decreto de “lockdown” del gobierno y darle el derecho de recibir un valor mínimo de seguro de cesantía, pelo menos para que pueda comprar comida para su familia, evitando, así, que los marxistas, pro-marxistas y los tontos útiles se aprovechen de la situación para envenenar la cabeza de los más pobres y vulnerables, convenciéndolos que todo lo malo que sucede con ellos es culpa de los ricos.
Por esta razón, vemos parlamentarios queriendo que los Trabajadores saquen su dinero de la jubilación para enfrentar la pandemia, pues no hay otra fuente de adonde sacar dinero y sobrevivir. Lo que es trágico, pero necesario. Lógico que esos parlamentarios se aprovechan de eso para autopromoverse. Lo que es una indignidad que Chile no merece. Por eso, la “Filosofía Socialista Democrática” propone dejar siempre una parte de los impuestos reservada para un Fondo de Emergencia, que serviría muy bien para enfrentar esta pandemia. Fundo de Emergencia que el Gobierno podría usar con permiso del Parlamento.
Haremos una nueva Constitución. ¿Podremos usar esta pandemia para perfeccionar la Constitución y enfrentar en el futuro nuevas tragedias? ¡Opine, pues es su derecho!
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INSTITUTO FILOSÓFICO DEMOKRATIS.