SOMOZA
Somoza era el todo poderoso dictador de Nicaragua. Su familia no era solamente poderosa, sino que también muy rica, principalmente por los negocios de la banana con empresas extranjeras. Esto provocaba mucho disgusto en los ciudadanos del país, pero lo peor era la situación política, ya que Somoza había secuestrado los demás poderes de la nación, que eran incondicionales a él. Eran el Poder Ejecutivo y el Estado en la persona de él, el Poder Judicial (él mismo nombraba los jueces), el Poder legislativo (dominaba el Parlamento, pues los parlamentarios de oposición desaparecían de la Tierra misteriosamente, como lo hacía Stalin). Las FFAA dependían de su capricho personal, el poder Contralor era administrado por amigos personales y ningún proyecto industrial o comercial del país con empresas extranjeras podía ser finiquitado sin su participación, donde exigía una contribución de fidelidad (coima). Se elegía y se hacía reelegir indefinidamente en votaciones fraudulentas, ausentes de toda seriedad e imparcialidad.
Ahora tenemos una persona similar a Somoza en el poder, haciendo lo mismo que el antiguo dictador. Ortega, líder del MSLN (Movimiento Sandinista de Liberación Nacional) que luchó contra Somoza y ayudó derribarlo, está en el lugar de Somoza y no deja el poder, igual que lo hacia el antiguo dictador. Todos los poderes de la nación están en sus manos. El pueblo de Nicaragua dice: “Ortega y Somoza son las misma cosa”. Todo indica que esta concepción del actual dictador Ortega es próxima de la realidad o peor. De esta vez se ha hecho elegir Presidente con 75% de los votos, y previamente ha mandado encarcelar a 5 opositores de peso que podrían disputar la Presidencia con él y derrotarlo.
Muchos chilenos pensamos que elegir a Boric sucederá lo mismo, pues los comunistas, cuando llegan al poder, no lo sueltan más. Usan todos los trucos sucios y golpes bajos para permanecer en el poder sin entregarlo a nadie ni a los mismos de su grupo.
Salió en las redes sociales de Chile.
“Falta de viviendas en Chile es una urgencia social fundamental: al menos 500 mil familias necesitan un hogar para no seguir en acampamentos, hacinados o allegados. Gabriel Boric olvida las cifras (o no las conoce) y promete viviendas para inmigrantes ilegales. ¡¡Basta de populismo irresponsable!!”
Comentario: José Antonio KAST tiene razón, la falta de viviendas en Chile es de urgencia social fundamental. Los chilenos precisamos de viviendas para vivir en forma decente y salubre, compradas o arrendadas del gobierno o del Estado. Primero los chilenos.